Carne de calidad – ¿Cómo saber si la carne es de buena calidad o no?

Tradición y carne de calidad

La carne es un alimento que se encuentra muy presente dentro de la dieta mediterránea. En el País Vasco, concretamente, podemos presumir de una materia prima de primerísima calidad. En nuestra familia llevamos más de 30 años y dos generaciones dedicados a la venta de carne de calidad. Toda una vida que nos ha aportado unos conocimientos y experiencia que ahora queremos compartir contigo. Por eso en este blog vamos a hablar cada mes de aspectos relacionados con la calidad y conservación de la carne, así como de las recetas más suculentas y sabrosas que puedes hacer en tu casa.

Pero hoy, primer día, empecemos por lo más básico. ¿Cómo saber si la carne es de buena calidad o mala calidad?

¿Cómo saber si la carne es de buena calidad?

En carnicería Ángel te garantizamos la calidad de todos nuestros productos, pero también es importante que tú sepas diferenciar una carne de buena y mala calidad. Lo primero en lo que debes fijarte es en el etiquetado ya que ahí te informarán de cuándo ha sido sacrificada y preparada la pieza de carne. Aún así, si quieres consumirla lo más fresca posible es preferible que lo hagas el mismo día de la compra.

En cuanto a la carne en mal estado, no es difícil reconocerla ya que el color suele ser marrón, verde o morado. ¡Aunque cuidado! Que la carne esté un poco marrón puede indicar solamente que ha estado falta de oxígeno (por ejemplo envasada). Lo que si te alertará de que no es apta para su consumo será sin duda la textura pegajosa, ya que ese hecho indica que las bacterias han empezado a hacer su aparición.

Indicios de que la carne está en buen estado

Entendemos carne de calidad y fresca al período en el que la pieza es apta para su consumo y conserva sus propiedades, valor nutricional, aroma, color y sabor. A la hora de valorarla debes tener en cuenta:

1. Aspecto: debe presentar un color uniforme y normal en todo el corte.
2. Exudado: la superficie debe estar siempre ligeramente húmeda y tiene que ver con el líquido rojo que se acumula en la carne envasada. Aún así, si hay un exceso eso indica que ha habido diferencias con el envasado o que no ha sido bien descongelada.
3. Color: quizás sea uno de los aspectos que más tengan en cuenta los consumidores, aunque sea inconscientemente. Si un alimento no te da sensación de tener un buen color nunca lo comprarás. El color depende de la genética, las condiciones del animal, el estado nutricional y el tipo de envasado. El color de la carne fresca es rosa-rojizo para el cerdo y rojo-cereza para la ternera.
4. Olor: está claro que la carne de calidad debe oler bien. Si hueles a algo rancio o extraño no lo consumas. Las carnes que vienen envasadas pueden presentar un ligero mal olor al abrirlas por la proliferación de bacterias anaeróbicas. Pero no te preocupes que no son malas, de hecho el olor debería desaparecer al poco tiempo. Si no es así significa que la carne no está fresca y ha comenzado a descomponerse.
5. Sabor: cuando la carne no está en buenas condiciones, tiene mucho menos sabor y si está en mal estado es fuerte y desagradable al paladar.
6. Jugosidad: varía dependiendo del agua retenida durante su cocción. Si está blanda, es más sencilla de masticar. La carne puede perder agua por evaporación y puede aumentar la cantidad por envejecimiento.
7. Firmeza: nunca debe estar dura. De hecho, debe ceder cuando la presiones con el dedo. Si está blanda y gelatinosa es que no es de buena calidad.
8. Ternura: el tiempo de maduración entre la matanza y el cocinado debe ser de cinco días para el cerdo y nueve para la ternera.

Alimentación de calidad

Disfrutar de un sabroso cordero asado, de hamburguesas caseras gourmet o de carne de pollo y pavo con amigos y familia puede ser un momento único y divertido que recordar. Y qué mejor que hacerlo degustando carnes de primera calidad que endulcen aún más ese momento.

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